Generador de teorías de conspiración

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¿Qué son las teorías de conspiración? Para un sociólogo como Hugo Pérez Hernáiz, son construcciones cognitivas de lo social relacionadas, pero diferentes, con otras construcciones cognitivas de lo social como el sentido común, la magia y la ciencia. Para la socióloga Estrella Gualda, son una serie de creencias que tratan de contradecir el discurso aceptado sobre un tema. Para este proyecto de literatura electrónica, son relatos construidos desde el imaginario distópico. La obra de la que forma parte esta pieza se propone aproximarse desde la literatura a las noticias falsas, por lo cual decodifica estos textos desde los parámetros de determinados géneros literarios, en este caso desde el relato distópico. Ello porque en una parte considerable de ellas se nombra a empresarios millonarios dispuestos a infectar al planeta con tal de obtener más beneficios económicos, o lo mismo harían partidos políticos de determinada ideología que buscan instaurar su régimen de gobierno, u organismos económicos internacionales que buscan consolidar su poder a toda costa. Esto es precisamente lo que narran los relatos distópicos, donde existen, y estos son sus actores arquetípicos, gobiernos o personajes que tienen control político, social, económico y/o epistemológico por encima de una sociedad que se presenta como oprimida o limitada en sus derechos. Esas son las distopías, el modelo no deseable para una sociedad; y una serie de hechos propios de la naturaleza inédita de la pandemia han sido interpretados desde el imaginario distópico. Tal es el planteamiento de este proyecto de lo que son las teorías de la conspiración. Y esta premisa sirve como paso necesario para ilustrar uno de los planteamientos centrales del presente proyecto: que las noticias falsas son enunciados presumiblemente creíbles debido a que presentan coherencia narrativa. He ahí lo que sería el aporte de esta aproximación desde la disciplina de la literatura. Este paralelo que se traza entre desinformación y literatura sirve como punto de partida para crear textos narrativos, los cuales tendrán como objetivo visibilizar los mecanismos discursivos con que las noticias falsas se constituyen como relatos creíbles. Es posible decir, entonces, que esta pieza se apropia de la estructura lógica -y gramatical- de las noticias falsas para producir textos que evidencien los mecanismos discursivos que estas activan para construir coherencia narrativa pese a no contar con, y así lo demuestran los medios fact-checkers que las catalogan como falsas, coherencia lógico-científica.

Un mundo alternativo distópico

Esta pieza de creación literaria no se propone negar la condición de verdad de las fake news. Tal es la labor de los medios fact-checkers, que se encargan de evaluar afirmaciones a través de un método periodístico de comprobación bajo el cual se formulan consultas a fuentes autorizadas en diversos campos del conocimiento. En el caso de este generador, se busca crear relatos ficcionales atendiendo a las condiciones específicas de un determinado género literario: sus escenarios característicos, la tipología de sus personajes y la morfología de sus acciones posibles. En definitiva, crear relatos ficcionales que sigan las reglas de un mundo distópico. Es por ello que, por ejemplo, figuras como Bill Gates, a quien las informaciones maliciosas le atribuyen el origen de la pandemia, serán presentadas como antagonistas dentro de los relatos que se generen. Es decir, la verificación de datos no es posible, ya que se parte desde la ficción; sin embargo, el objetivo que se persigue es paralelo al trabajo de los medios fact-checkers: mientras que la verificación dictamina la condición de falsedad de estas informaciones, esta pieza se enfoca en presentarlas como discursos coherentes en términos narrativos, en evidenciar sus personajes recurrentes o sus tramas típicas. Es la intención de esta pieza, entonces, plantear que, de forma análoga a los relatos distópicos, un grupo considerables de noticias falsas se conforman recurriendo a un escenario base de subyugación de un grupo social y a figuras como las de antagonistas que ejercen control a base de poder económico, político o de cualquier tipo, y héroes que buscan oponerse a ese estado de las cosas. Y es que en la creación de la literatura y de las noticias falsas subyace un mecanismo simbólico compartido: la lengua nombra al mundo, y, por tanto, es posible construir con ella mundos alternativos, ya sean estos ficcionales o aquellos que son catalogados por los estudiosos de la posverdad como hechos alternativos. De cualquier manera, esa forma de construir relatos más allá de los hechos reales no es arbitraria, sino que es posible desde determinados parámetros imaginativos, los cuales busca fijar esta pieza y hacer inteligibles al usuario mediante un proceso de combinación y permutación de elementos de noticias falsas que se han tomado como materia prima parar trabajar artísticamente sobre ellas.

Frases autolegitimadoras: la verdad

Siguiendo el objetivo trazado, es necesario atender a cómo las noticias falsas se posicionan como creíbles, es decir cómo a través de estrategias textuales transmiten una información que se entiende como verdadera. Tal efecto se produce tras construir una voz que se autolegitima a partir de generar antagonismos, y además de la apelación a una reacción emocional. Es así que esta pieza, que genera textos a partir de un algoritmo que escoge elementos de una serie de variables dentro de una lista, presenta como su primer grupo de frases pequeños enunciados que denotan indignación, como "¡Es increíble!", con lo cual la voz que se construye se posiciona como alguien cuyos derechos se han vulnerado. Asimismo, puede pronunciarse con ironía, con frases como "¡No me sorprende para nada!" o que demuestran exaltación eufórica, como "¡Se acabó el secreto!". O también puede hacer un llamado al lector, como en "¡Ya no lo dudes!, ", o plantear un antagonismo ante el cual se rebelan, como "¡No más engaños!". Sobre todo, es importante evidenciar la apropiación del término 'verdad' como marco de sus mensajes, como en "¡La verdad sale a la luz!", lo cual constituye un mecanismo discursivo legimitador en el que el emisor se presenta como tenedor de la verdad o al menos alguien que reconoce algo como verdad y, por lo tanto, se opone a los discursos que cataloga como engaños. De este modo, es posible hacer un comentario desde la obra respecto de las cámaras de resonancia que se crean en las redes sociales, aquellos entornos cerrados en los que un determinado discurso se retroalimenta constantemente, y que son posibles de ser aprovechadas con fines maliciosos. En aquellas comunidades en que circulan los mismos tipos de mensajes se implanta una noción de verdad, pese a que los enunciados en que se fundamentan no cuentan con esa condición epistemológica. "¡La verdad, duela a quien le duela!", "¡Esto es compromiso con la verdad!", "¡Tarde o temprano la verdad sale a la luz!" y "¡Todos tenemos derecho a la verdad!" son, por las razones explicadas, frases que se permutarán para crear textos en esta pieza. Asimismo, cabe decir que estas frases no son propias de los textos de la base de datos de las noticias falsas que manejamos. Son, más bien, una puesta en escena de cómo llegan estas informaciones maliciosas por medios sociales; es decir, no solo se trata del texto mismo, sino de cómo se comparte por distintos usuarios por plataformas como WhatsApp.

Frases autolegitimadoras: la autoridad

De la misma manera, como parte de esta recreación de las noticias falsas a partir de los parámetros del relato distópico, también se ha incorporado a la obra un conjunto de frases como "una fuente confiable me dijo", "una fuente con información de primera mano me confió", "una fuente por la que pongo las manos al fuego me confirmó", "una fuente intachable me aseguró" o "una fuente incuestionable me aseguró", las cuales tienen como fin también develar los mecanismos discursivos de construcción de credibilidad de las voces que extienden la desinformación en el entorno virtual. Son también frases autolegitimadoras. Con estas, la voz se construye como un sujeto con acceso a información privilegiada y a la vez transfiere esa credibilidad a la fuente que le permite obtener esa información. Como se puede entender, es un proceso circular: es una voz creíble porque tiene acceso a fuentes y sus fuentes son creíbles porque el sujeto mismo así lo dictamina. Es decir, al mismo tiempo en que construye el capital simbólico de su credibilidad lo está trasladando a sus fuentes. En este caso son fuentes de segunda mano.

Construyendo al héroe en el relato distópico

Es bajo la misma lógica de develar los mecanismos discursivos detrás de la autolegitimación que se construyen frases como "un alto funcionario del gobierno desenmascaró el secreto", "un desertor del gobierno accedió a una información secreta", "un funcionario descontento con el gobierno rastreó una comunicación encubierta" o "un diplomático de alto rango encontró un documento confidencial" o "un periodista cercano al gobierno descubrió el secreto". En este caso, el acceso a la información que se presenta como privilegiada es posible a partir de las profesiones y cargos de los sujetos nombrados: son periodistas o funcionarios o exfuncionarios, los cuales, por la naturaleza de su trabajo, acceden a información que no está disponible para el ciudadano del común. Estos sujetos corresponden a los héroes dentro del relato distópico. Son, por su acción narrativa, figuras prometeicas que arrebatan el conocimiento a una instancia de mayor poder para entregárselo a la sociedad en general. Del mismo modo, estas constituirán las fuentes de primera mano de la voz narrativa. Con estas fuentes y las mencionadas anteriormente, las de segunda mano, se busca evidenciar el enrevesado procedimiento de propagación de las informaciones maliciosas, el cual implica distintos actores en la cadena de transmisión de los mensajes supuestamente ocultos.

Expansión de narrativas preexistentes

El procedimiento central es la expansión de las narrativas que proponen las noticias falsas mediante un procedimiento de sustitución de los elementos que las componen. Por ejemplo, si una noticia falsa propone que el coronavirus es mezcla de SARS, VIH, tuberculosis y malaria, como esta (https://colombiacheck.com/chequeos/coronavirus-covid-19-no-es-mezcla-de-sars-vih-tuberculosis-y-malaria), es posible intercambiar las enfermedades nombradas por otras a partir de la creación de una lista (array) en el código informático. Esta lista conformará un conjunto de variables que el programa permutará aleatoriamente. De ese modo, a partir de ese texto base, se producen automatizadamente múltiples textos que se ofrecen al lector con el fin de que se pueda evidenciar la falta de una lógica científica que los sustente; es decir, al no haber una relación de causalidad necesaria en los enunciados, es posible permutar sus elementos y, al mismo tiempo, mostrar tal estructura lógica como arbitraria y mediada únicamente por lo narrativo. El mismo procedimiento opera con los elementos de una noticia falsa como esta: "La pandemia estaba preparada por un simulacro hecho en octubre de 2019 en Nueva York, que Bill Gates conocía" (https://efectococuyo.com/cocuyo-chequea/ruby-demestoy-datoscoronavirus/). En este se intercambia el nombre de Bill Gates por el de otros multimillonarios, para lo cual se toma como insumo una lista de Forbes (https://forbes.co/2020/04/07/negocios/listado-los-15-mas-ricos-del-mundo-2020/). Con ello se busca evidenciar el imaginario distópico que opera detrás de las noticias falsas.

Reflexión final

Esta pieza busca crear textos que tengan la estructura de las teorías de la conspiración, por lo cual las sustituciones operan en el eje paradigmático de los textos, no en el eje sintagmático: donde se nombra al Fondo Monetario Internacional se puede nombrar al Banco Mundial, ya que no existe una relación de causalidad necesaria entre las premisas que conforman los textos. Así, lo que se crea es una gran cantidad de relatos distópicos, con sus componentes esenciales, con una coherencia narrativa propia. La idea central de este generador de teorías de conspiración es ofrecer al lector textos en los que no exista una diferencia sustantiva entre los microrrelatos ficticios que construye y su referente de la vida real, las fake news, a fin de evidenciar los mecanismos discursivos de estas. Con ello, es a partir de la ficción que se busca reflexionar acerca de cómo se construye la supuesta verdad de las noticias falsas.

* Para esta pieza fue utilizada la librería "Aventura", de Sergio Rodríguez Gómez. Con licencia MIT. Copyright (c) 2019 Sergio Rodríguez Gómez.